La Fotografía en tres frases

Sé que parece poco probable que sea capaz de definir qué es el noble arte de la Fotografía en sólo tres frases, pero voy a intentarlo...

El día que mi cámara encogió

En plena sesión, y tras revisar la imagen en la pantalla trasera de la cámara – si al final van a tener razón los detractores del uso de este gadget… ;) – una voz imperativa resonó en mi cabeza, contundente, sin vacilar:

"Necesitas una cámara más potente…”

Recorriendo al detalle, como el que busca desesperado esa lentilla perdida en el cuarto de baño, me dispuse a examinar en aquella pequeña pantalla y con una ampliación del 100%, los píxeles que conformaban la instantánea y observé, mientras tragaba saliva, el tan temido patrón de píxeles calientes (hot pixels) que se repetía y extendía hasta los confines del fotograma (puede servirnos también el molesto e insufrible ruido de luminancia, las antiestéticas aberraciones cromáticas o esa indomable falta de nitidez en los bordes de la imagen) y que algunos entendidos en la materia me habían comentado y yo me negaba a reconocer, hasta este preciso momento que lo contemplaba estupefacto frente a mis narices, en el LCD de mi propia cámara. Con ademán de repulsa, me retiré lejos del equipo, y suspiré, profundo, como al que acaban de trasladarle una fatal noticia, y no era para menos... 

Simplifica

Vivimos en una época caótica, todo sucede desordenadamente, todo pasa repentinamente y de forma aparentemente compleja. Todo se quiere rápido, se consigue rápido y rápido se va.

Todo es complicado. Por supuesto, en Fotografía también.

Ante ese abrumador caos y complicaciones hay una forma de proceder que nos puede ayudar mucho, de hecho nos ayudará tanto que es posible que mejoremos como fotógrafos gracias a ella: Simplificar.