Camuflaje urbano para fotógrafos

Los avances tecnológicos en los últimos años en lo que a materia fotográfica se refiere, han permitido convertir al fotógrafo urbano en un ser camaleónico, capaz de camuflarse y pasar desapercibido ante sus codiciadas presas - o retratados. Armado cámara en mano, sin quitar ojo sobre sus preciados “trofeos” que se desplazan, ajenos a sus intenciones, en metro, autobús urbano, paseando por la madrileña Gran Vía, e incluso descansando plácidamente en la concurrida plaza del Sol, buscan localizar el momento oportuno, ese que aquel genuino francés de la Leica bautizo como "el instante decisivo". 

Cada vez más silenciosos, sigilosos, ataviados con avanzados equipos cuya apariencia externa resulta más propia de la cámara de un inocuo turista jubilado holandés, que la de un fotógrafo furtivo en busca de grandes imágenes para añadir a su serie fotográfica urbana.

Y se hizo el silencio

Click,… click,…

(sonido de un equipo mirrorless cualquiera, a la hora de dispararlo).

Clack-clack… Clack-clack,…

(sonido de un equipo réflex cualquiera, al obturar y desplazar su espejo, durante la toma fotográfica; la intensidad sonora es mayor en equipos de formato medio: Hassel, PhaseOne,…).

Pongámonos en situación: imaginaros inmersos en una de esas escenas cotidianas plagadas de miles de estampas en potencia. 8:30am, en pleno metro destino Sol, intentando “robar” una de esas imágenes con una de estas cámaras – las del segundo grupo, a partir de ahora, las llamadas “ruidosas” – cuya intensidad sonora superará con creces, y en la mayor parte del trayecto, los vaivenes y traquidos emitidos por las ruedas del despavorido “gusano metálico”, despertando incluso a ese señor que con su sombrero cubre sus ojos elegantemente, disimulando los efectos nocivos de una noche movidita, en un intento por recargar energías antes de emprender su jornada laboral.

Tras la ruidosa acción del obturador, las miradas se posarán directamente sobre nuestra cámara, para acto seguido, sentirnos observados por miles de miradas penetrantes que nos lanzarán sin reparos, y en el mejor de los casos, cuestiones del tipo: “¿qué narices estás haciendo, chavalote?”, “¿por qué me haces una foto?”, “Ehh… ¿hola?”.

¿Cómo salvarnos de esta situación tan embarazosa, que puede acabar con las tripas metálicas de nuestra preciada cámara desparramadas sobre nuestra preciada cabeza?

…, …, …,

(silencio, ausencia de sonido de un equipo mirrorless, en modo obturador electrónico, al dispararlo). 

La tecnología parece que se pone de nuestra parte, anulando el movimiento de apertura-cierre de las cortinillas del obturador al disparar la cámara, y por consiguiente el sonido que esta acción mecánica origina - además, es de importancia recordar, que estas cámaras no montan espejo, con lo que el sonido emitido al disparar, incluso empleando el modo de obturación mecánica, suele ser tenue y en la mayoría de situaciones imperceptible.

Sin posar el ojo sobre el visor

Hasta ahora hemos logrado que nuestro equipo se vuelva silencioso al dispararlo. Con ello hemos conseguido que el público objetivo de nuestra fotografía, no se percate del disparo, al menos durante el momento de obturar.

Durante la toma y mientras componemos, el hecho de acercar nuestro ojo al visor, volverá a levantar sospechas entre los asistentes a nuestra sesión fotográfica matinal. De nuevo, y en esta ocasión a través del visor, nos percataremos de todas esas miradas posándose sobre nuestro ser, en un movimiento sincronizado, más propio de una coreografía perfectamente ensayada que de una acción instintiva.

Para nuestro gozo, muchos de los equipos fotográficos actuales están equipados con pantallas móviles, que permiten desplazar / rotar estas independientemente del cuerpo de la cámara. Una forma más de pasar desapercibidos entre la marabunta, que nos permitirá obtener nuestra foto, sin tener que posar el ojo sobre el visor, pero que nos obligará a mantener la mirada sobre la cámara, levantando sospechas entre los más ávidos de mente.

Para ello, y si queremos “desaparecer” de nuestro público, la tecnología inalámbrica de los dispositivos portátiles actuales – tablets, móviles, portátiles,… - permiten trasladar la imagen que encuadra nuestra cámara, a sus pantallas de un modo fácil, intuitivo y sobre todo, discreto, incluyendo la posibilidad de controlar cualquier parámetro desde el propio dispositivo - usando la aplicación destinada a ello - y accionar el disparo cuando lo que figure en la pantalla sea de nuestro agrado.

Nadie se percatará de nuestras intenciones mas fotográficas, si para componer usamos la pantalla de nuestro móvil, ese pequeño equipo que dentro de unos años todos los seres humanos llevarán de serie en la palma de sus manos, fruto de la evolución darwiniana y las influencias ejercidas en mi mente por las lecturas de Asimov… 

X-E2 en acción

Fujifilm ha incorporado en la mayoría de sus equipos – incluso en mi preciada X-E2, añadida esta función en la última actualización de firmware – este interesante y práctico sistema de disparo silencioso, que viene a complementar las funciones inalámbricas de disparo remoto desde un dispositivo tan usual e inocuo – o eso nos pensamos – como es nuestro teléfono móvil, para facilitar los robados fotográficos casi en cualquier situación, incluso en aquellas donde se exija unos niveles de silencio máximo, como puede ser durante el rodaje de una película. 

Avances que nos sorprenden, que nos facilitan la vida como fotógrafos, permitiendo llegar a obtener imágenes que en un pasado no muy lejano hubiesen rozado lo utópico, lo imposible, o el género de  la ciencia ficción. 

Serie que documenta la publicación: "Urban Camouflage" - by Jadoga

Redactado por:

Javier Domínguez "Jadoga"

Un loco enamorado de la fotografía, apasionado del formato cuadrado y la máxima“menos es mas”. Formador y fotógrafo en JADOGA PHOTO-ART. Dirige el grupo fotográfico 1:1, responsable de comunicaciones y redes sociales en Confederación Española de Fotografía y parte activa del proyecto artístico Umelecky. Actualmente esta desarrollando el proyecto fotográfico #CinemaPortraits.

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