“Fotomontando” nuevas realidades

"Los últimos instantes"- Henry Peach Robinson

Caminábamos en pleno siglo XIX, cuando surgió un espíritu inconformista, una mirada que no se contentaba simplemente con lo que la realidad le ofrecía y dedicaba. Un soñador de nuevos mundos, creador de escenas imposibles, complejas, utópicas: Henry Peach Robinson, considerado el padre del fotomontaje allá por el año 1858 cuando combinó 5 negativos en uno solo para dar vida a su famoso trabajo, "Los últimos instantes" ("Fade away"), considerada la primera fotocomposición de la historia de la fotografía. Su talante le obligaba a huir de lo que el mundo le mostraba a su cámara, una tendencia propia de la corriente pictorialista imperante en aquella época, buscando simplemente provocar una sensación determinada en el espectador que contemplaba su obra. Pero no solo Peach disfrutaba jugando a ser Dios montando sus propios mundos irreales mediante la mezcla de fragmentos de la realidad: el sueco Oscar Gustave Reijlander, obtuvo la obra "Los dos caminos de la vida" mediante la mezcla magistral de nada menos que 32 negativos!!!,
escrupulosamente retocados y manipulados recogiendo por separado los personajes y escenarios que darían forma al trabajo final. Posteriormente, ya sumergidos de lleno en el siglo XX, la fotomanipulación o fotomontaje sigue estando presente en numerosos medios de comunicación (prensa, revistas…), prestigiosos certámenes fotográficos e incluso afectando de lleno a nuestra “preciada” prensa rosa (nótese el tono irónico en mi comentario…).

"Los dos caminos de la vida" - Oscar Gustave Reijlander

Photoshop o el santo grial de la edición

"Sonrían por favor" - Jadoga

Para muchos son bien conocidas las bondades que nos brinda Photoshop en el campo de la edición fotográfica, o como llamamos comúnmente, en el retoque o embellecimiento de nuestras imágenes. Estas mejoras introducidas en el mundo de la fotografía han permitido en parte democratizar, como ya en su momento hizo Eastman con la fotografía, los procesos de edición, al permitirnos controlar un mayor número de parámetros de nuestra imagen sin ni siquiera mancharnos las manos, al menos a lo que a reveladores y fijadores se refiere. Desde salvar la información de esa zona del traje de novia que en primera instancia dimos por perdida, hasta controlar el contraste o la saturación general de la escena, pasando por el ajuste a nuestro antojo de la temperatura de color del "negativo digital", con el fin de otorgarle una tonalidad más cálida o quizás más fría a nuestra toma final, permitiendo originar en el espectador diferentes sensaciones mientras contempla y es seducido, en el mejor de los casos, por la obra que yace en nuestra pantalla o impresa en un magnífico

Photoshop para el “fotomontador”

"The man of the birds" - Jadoga

Pero el mundo de la edición no queda solo ahí. Las nuevas herramientas digitales facilitan en gran medida la labor del fotógrafo a la hora de llevar a cabo una fotocomposición, permitiéndole elaborar creaciones a partir de diversas imágenes fotográficas, de un modo más intuitivo. Para ello, Photoshop opta por el conocido y práctico sistema de capas, que nos permite ir colocando sobre nuestro lienzo primigenio del que partimos - puede tratarse de una imagen base o por el contrario, un lienzo en blanco - los diferentes fragmentos / elementos que otorgarán vida a esa composición, esa idea que yace, según los neurofisiólogos, en el hemisferio mas diestro de nuestro cerebro, o hemisferio creativo (más activo en unos que en otros... ;). Dicho sistema de capas permite compilar las diferentes partes que conforman el documento gráfico (se superponen unas sobre otras, mostrando desde la ventana principal de Photoshop, una previsualización de la imagen resultante una vez hagamos de todos los fragmentos, una sola fotografía – es decir, acoplemos dichas capas) manteniendo ordenadas y bien localizadas las mismas.

Consejos prácticos para nuestros fotomontajes

La complejidad del proceso de montaje radica en saber combinar cada pieza del puzzle de forma correcta, otorgando ese toque realista al resultado obtenido, obligando al fotógrafo a alcanzar el preciado nivel gurú en PS, que exige de cientos, e incluso miles de horas delante de la pantalla con el peligro que ello conlleva para garantizar una calidad decente en nuestras relaciones sociales. Desde aquí, y en esta primera incursión al mundo del fotomontaje, os facilito algunos conceptos clave que deberemos cuidar a la hora de llevar a cabo la labor de ensamblaje sino queremos dañar la retina de forma irreversible (o incluso el corazoncito) de nuestros preciados seguidores.

"Kiss and wine" - Jadoga

CUIDAR LA ILUMINACIÓN

Es de vital importancia. En caso contrario, un error de concordancia entre la iluminación de los elementos de la composición y el escenario, harían chirriar al conjunto, tirando por tierra todo el trabajo dedicado durante horas, quizás días, y en el peor de los casos, semanas o meses perdidos!!!. Antes de comenzar, es conveniente estudiar la iluminación del escenario principal, y actuar en consecuencia, para iluminar (en estudio, por ejemplo) los elementos ajenos al mismo y que instalaremos en este. 

PROPORCIONALIDAD ENTRE LOS ELEMENTOS

Todo depende si nos decantamos por una fotocomposición dentro de una línea realista, o por el contrario, tiramos hacia la vertiente más surrealista. En esta última todo vale (o casi todo); solo nuestra imaginación pondrá límites a la creación resultante (imaginar un escenario de costa, una playa desierta sobre la que se asienta una enorme cuerda de la que pende un funambulista, pero donde los extremos de la cuerda parecen sostenerse sobre la nada). Si buscamos el fotomontaje realista, deberemos cuidar las perspectivas, dimensiones de los elementos compositivos respecto a ellos mismos y el escenario que los acoge. Al fin y al cabo es nuestro sueño, nuestra visión onírica de una escena idealizada que se instala en nuestro subconsciente intentando salir de algún modo para tomar forma en la pantalla de nuestro ordenador.

"Pollution" - Jadoga

LOS MALDITOS REBORDES O HALOS

Malditos y traicioneros; después de una larga labor de edición, comprobamos en el trabajo que considerábamos definitivo, que los objetos integrantes de la composición muestran una especie de halo o borde alrededor de estos, al más puro estilo super-guerrero de Dragon Ball. Y si, comenzamos a maldecir; nos damos cuenta que la labor de selección y extracción del objeto no fue todo lo afinada que hubiéramos deseado. Quien sabe, quizás para la próxima ocasión el resultado sea algo mejor… en eso consiste: practicar, practicar, practicar…

"Off, save energy" - Jadoga

Creando tu propio mundo fotocompuesto

Como hemos visto, el fotomontaje o fotocomposición es una corriente que surgió a mediados del s.XIX y que hoy día sigue ganando adeptos gracias a la evolución que ha supuesto la imagen digital en el mapa evolutivo de la fotografía. Una manera de exteriorizar nuestros pensamientos más creativos, nuestros sueños más arraigados, esos mundos paralelos que circundan nuestra mente y que con paciencia y buen hacer, podemos hoy día otorgarles forma y vida a partir de las herramientas que nos ofrece el software Adobe Photoshop y su archiconocido y práctico sistema de capas. La oportunidad que esperaban los espíritus más inconformistas, aquellos que no se contentan con retratar a su vecino, a su novia o el bello paisaje que se ve desde la casa de campo de sus primos lejanos. Eso sí, prefieren coger una instantánea de cada uno de estos y combinarlas en una sola para dejar atónitos a su público, y porque no hasta a ellos mismos una vez terminada la ardua, pero a su vez gratificante labor combinativa.