La regla del 99 a 1

No, aunque lo parezca no es el grotesco resultado de un partido de baloncesto, es una norma que he asimilado y que me es de mucha utilidad. Si quieres saber qué es y en que te beneficia sigue leyendo.

Para aquellos habéis ido leyendo algunas de las entradas de este blog, no os resultarán nuevos algunos de los principios que guían mi actividad fotográfica.

Una de las mejores maneras de mejorar tu fotografía es intentar coger tú cámara y salir a disparar siempre que puedas. En un mundo ideal podríamos salir a la caza de alguna instantánea diariamente. Sin embargo es casi imposible mantener esta dinámica incluso para los que nos dedicamos a este mundo.  Bueno tender hacia ese “escenario ideal” es lo correcto.  Oblígate a coger la cámara y practicar siempre que tengas tiempo y recuerda el primer disparo es el más difícil.

Esta supuesta “abundancia” en la producción fotográfica debe ser compensada con la crítica y la auto censura a nuestras fotos. Debes ser tu crítico más duro, y entender que tu nivel fotográfico de cara al exterior lo marcará la peor de las fotos que publiques.

Bien,  en esa necesidad de depurar lo que mostramos al exterior entra la rebla del 99 a 1. Hacer 10 fotos realmente buenas al año para un gran fotógrafo significa haber tenido un muy buen año fotográficamente hablando. Imaginaos las fotografías que se descartan. En el proceso post-sesión fotográfica deberíamos distribuir nuestro tiempo atendiendo a la proporción 99 a 1 (por favor entender que es una manera gráfica de representar un concepto…)

99% de tu tiempo y esfuerzo cribando las fotos, desechando, borrando, editándolas en el más efectivo de los métodos de procesado, aquel que termina en la papelera de reciclaje J. Debes comprender que muchas de tus salidas no darán como fruto una sola toma que merezca realmente la pena, pero no, no has perdido el tiempo. Con cada disparo estarás desarrollando tu visión fotográfica a poco que te preocupes de intentar “ver la foto” en el momento de tomarla.  

1% procesando y editando fotos. El volumen de fotos que merecerán llegar a esta fase suele ser tan pequeño en comparación con las fotos tomadas, que el tiempo  y esfuerzo empleado en esta fase será mínimo en comparación con la fase censora (la del 99%).

Poner en práctica esta “filosofía” no es sencillo y cada día lo es menos. Vivimos en un mundo INMEDIATO, en el que la posibilidad de publicar fotos de forma contante e instantánea y la tentación de obtener una distribución masiva en segundos es una tentación difícil de superar. Esa necesidad de alimentar “la rueda” junto con la emoción posterior a una salida provocan que muchas personas no censuren de forma efectiva lo que muestran al mundo. Es necesario un reposo, tras una sesión. Intenta no procesar fotos de la última sesión fotográfica sino de alguna de hace semanas, revisa tu fondo de armario… así no estarás tan influenciado por las sensaciones vividas en el momento de tomar la foto y serás algo más objetivo en el momento de decidir que foto merece pasar a la fase del 1%.

Y tú ¿eres tu critico más duro?