Aunque no seamos fotógrafos que busquen planos muy cerrados de los sujetos ni vayamos a utilizar un angular extremo, no podemos olvidar que para obtener fotos de cierta calidad en la mayoría de las ocasiones estaremos fuera de nuestra zona de seguridad e invadiremos la de las otras personas.
Ese miedo y esos nervios son parte del encanto de esta disciplina que pone a prueba tu seguridad en ti mismo y tu capacidad de reacción.
Si no optamos por hablar con los protagonistas de nuestras fotos para pedir permiso, debemos aprovecharnos de su desconocimiento para captar un momento en el que aún no hayamos descubierto nuestra presencia como fotógrafos.
Algunas de mis fotos están tomadas con el FUJINON 14 2.8, lo que significa que el sujeto en cuestión está aproximadamente a un metro de mí. Generalmente no me gusta la fotografía tan intrusiva y suelo utilizar un 18mm o un 35mm. Aún así a una distancia de unos 2,5 – 3 metros eres descubierto la mayoría de las ocasiones. Muchas de las fotos que comparto están tomadas justo antes de que los sujetos se percaten de mi presencia y de mi cámara.
El ser humano, parece tener un sentido que el indica cuando alguien le mira, es por ello que uno de los consejos que suelo dar en mis workshops para aproximarte a tus “victimas” es el no mirarles fijamente hasta que sea el momento del encuadre. Las técnicas que comparto en estos talleres serán objeto de una próxima entrada en este blog, pero considero importante enunciar esta para ayudar no solo a intentar no ser descubierto, sino a desarrollar suficiente valor como para sacarnos de nuestra zona de confort y hacer fotografías de calidad.
Y ese es el término clave “zona de confort”. Es necesario abandonarlo y actuar en un campo nuevo que generalmente nos hace sentir nuestros miedos más primarios. En algunos casos se suma el temor de algunas personas a hablar e interactuar con desconocidos. Cada persona es diferente pero los miedos que en un primer momento podemos sentir todos con mayor o menos intensidad suelen ser los mismos. A continuación enumeramos los principales y compartiré mi experiencia a relación a los mismos.
Agredan físicamente: en los más de 5 años que llevo practicando de manera intensiva la fotografía nunca he tenido ni por asomo una situación en la que sintiera que podrían agredirme físicamente. Un consejo, guíate por tu instinto. Si tu instinto te dice que ese callejón oscuro puede ser peligroso o que ese hombre con dos espadas y un machete ;-) no este dispuesto a ser fotografiado, haz caso a tu instinto. Somos fotógrafos no suicidas. Sólo en una ocasión una persona a la que además no había fotografiado empezó a gritar protestando por haberle fotografiado. En principio (depende del país) puedes realizar esa fotografía callejera siempre que no su distribución no suponga un perjuicio a su imagen si no es una persona “publica”. Tras un intercambio de palabras (siempre permanecer calmados y ser educados) le mostré las fotos tomadas y después de ver que no era él el fotografiado siguió dando voces. Aquel pobre hombre lo que tenia era ganas de protagonismo. Intente alejarme relajadamente pero él seguía protestando. Generalmente estas personas al no ser atendidas simplemente se callan. Pero en este caso no fue así, por lo que tan pronto indicó que iba a llamar a la policía me volví y le dije que estaba de acuerdo que no me iba a mover hasta que viniera.
Robar el equipo: yo he sido objeto de un robo, pero sin violencia. Un descuido que pague con creces. Sin embargo nunca me he sentido amenazado o he sentido que me podían robar. Mucho menos lo han intentado. El primer consejo que puedo dar es el de no llamar la atención. Esto no solo ayudará a tu fotografía sino que dejaras de gritar “tengo un equipo caro”. Como siempre haz caso a tu instinto. Si le escuchas como te dice que ese lugar o esas personas huelen a peligro, seguramente lo serán.
Estos dos primeros miedo son quizás los más radicales. Pero destaco otros tres temores comunes a todo aquel que se inicia en la Street Photography.
Problemas con la policía: puede que una persona nos diga que va a llamar a la policía si no borramos una foto. Aunque no tienes que hacerlo, mi consejo es que lo hagáis y si de verdad os interesa la recuperéis de la tarjeta con alguno de los programas que pueden hacerlo. En el caso de que por principios no estéis dispuestos a ceder o simplemente la persona insista, no os preocupéis esperar a que la policía llegue. Adjunto un link de este mismo blog en el que ver la legislación española al respecto. Legislación
Rompan mi equipo o la cámara: este caso es similar al de la posible agresión aunque como el primero es raro que se dé (sinceramente no conozco a nadie que lo haya sufrido) el que dañen tu equipo es aún menos probable.
Burlen, comenten o piensen que soy un tipo raro: ¿y?... debemos ser menos esclavos de lo que los demás piensen o critiquen de nosotros siempre que no hagamos mal. En realidad si fuéramos conscientes de todas las personas y todas las cosas que se dicen de nosotros no podríamos vivir. La libertad es en buena parte estar lo suficientemente seguro de uno mismo para que lo que opinen los demás pase a un segundo plano. Escuchar consejos es conveniente, escuchar críticas por nuestra afición o temer que piensen que somos “el raro de la cámara” es estúpido.
Si racionalizamos cualquiera de estos miedos, veremos que con un poco de sentido común y tranquilidad es muy difícil que alguno de estos miedos se haga realidad.
Una lectura muy recomendable al respecto es la del libro de Eric Kim, el cual podéis descargar gratuitamente desde su web (inglés).
Un artículo muy interesante y bien razonado, viene genial este tipo de consejos, gracias.
ResponderEliminarGracias a ti por leerme. Un saludo
ResponderEliminarBuenísimo artículo! Ya lo comparto
ResponderEliminarMuchas gracias. Te recomiendo que eches un vistazo al video que sobre el tema tengo en mi canal de Youtube
EliminarMe gusta tu filosofía.
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